Otro milagro de vísperas de Navidad
Este es el segundo milagro que ha acontecido en mi vida en pocos dias, en vísperas de navidad. Me han sucedido varios milagritos, pero este último mes han llegado varios juntos (digo varios porque este es el segundo que cuento, pero faltan varios más por contarles). Me he dado cuenta que si uno pide al cielo, a Dios, a Jesús, a los ángeles, con todo su corazón, el milagro acontece.
Tenemos un perro labrador chocolate. Son perros por genética excelentes para los niños, muy amistosos y cariñosos, pero se desorientan con facilidad.
El 19 de diciembre, salió a investigar el terreno como hace siempre, pero al retirarme y llamarlo, no volvió. Hice una recorrida larga por todo el sector llamándolo por su nombre: -"Jacko...Jacko...vamos..." Pero nada. No estaba. Ya lo ha hecho otras veces, pero esta vez, algo me decía que no volvería.
Eran la trece horas, pleno verano aqui en el centro de Argentina. Muchísimo calor. Me preocupé mucho porque el sufre este clima, y no sabía si alguien se lo llevaría a su casa y no me lo devolvería. Dudas y más dudas.
Lo buscamos hasta las 21:30 hs. En 4 kilómetros a la redonda y nada. Se lo había tragado la tierra.
Algo me decía que lo iba a recuperar. Esa noche, al acostarme, me comuniqué con los ángeles. Pedí que lo rodearan, que le enseñaran el camino a casa, que lo protegieran. Ya no me importaba si yo lo recuperaba, sino más bien que si alguien se lo quedaba, que lo tratara tan bien como lo hacíamos nosotros y le diera el mismo amor.
Al día siguiente, me puse nuevamente en acción. Publiqué en el diario local un aviso de recompensa por devolución de mi mascota, y luego hice carteles con su foto, explicando la situación del caso. Pegué esos carteles en todo sector que yo estimaba que alguien podría verlo. Cinco kilómentros y medio, con muchos carteles de él. Volví a la quinta, lo esperé y nada. Estuve pendiente del teléfono móvil por si alguien me llamaba, y nada.
Volví a mi casa, y esa misma noche del 20 de diciembre, a las 22:30 hs, sonó mi teléfono por primera vez con un número desconocido. Atendí ansiosa, porque sabía que eran buenas noticias. Un señor me dijo: "Hola como estás?, te llamo porque yo tengo a Jacko, quedate tranquila que está bien". Yo no podía creerlo, le pregunté varias veces si estaba seguro de que fuera él, porque existía la posibilidad de que fuera otro de la misma raza y color. Pero me aseguró que el collar de la foto era el mismo.
Al otro día se comunicó nuevamente conmigo, y me trajo a Jacko a la quinta. Definitivamente era él. Una alegría inmensa se apoderó de la atmósfera, y le agradecí con todo mi corazón a esta persona tan buena. Por su puesto lo recompensé económicamente, porque noté además que era una persona que lo necesitaba. No quiso aceptar, pero yo insistí y le dije: "Para completar la mesa de navidad".
La señal del milagro, más alla de lo relevante que era la aparición de mi mascota, fué que este muchacho, es religioso. El perro durmió dos noches en una IGLESIA porque él en su casa no lo podía tener, al poseer un macho también. Lo cuidó Dios esos dos días!!!. Qué increíble me pareció todo, y qué mágico. No solo eso sucedió, sino que esta persona tan amable, contó que hace unos años, ellos tenían un Rotweiler, de ocho años de edad, y también se les perdió, pero nunca más lo recuperaron. Por eso, él sabía el dolor que se siente cuando una mascota tan amada se pierde en la familia. Y no dudó en llamarlo.
Una amiga de él fué la que vió uno de los carteles que yo pegué en los postes que encontraba. Inmediatamente, lo llamó y le contó la descripción del perro que se buscaba. Ella estaba al tanto de que él había encontrado uno. Así fué como él pudo dar conmigo y traer a Jacko.
El segundo milagro de navidad, se había hecho presente en mi vida, y agradecí de todo corazón a Cristo y a las huéstes de ángeles que habían colaborado para que ocurra.
Les dejo un gran abrazo luminoso, que esta Navidad, encuentren esa gran paz que trajo Jesús aquel día que llegó al mundo y dejó en el corazón de los hombres.
Hasta pronto!
Naty
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Naty, qué alegría concocer historias como esta, gracias por tu buena energía.
ResponderEliminarGracias amig@! Gracias por tu comentario! Gracias por hacerte presente entre mis historias. En algún lugar del mundo, sirven de inspiración para otros. Lo hago con todo el corazón.
ResponderEliminarGracias y abrazos enormes!
Naty